Por qué viajo: Monto por mi mamá Patsy, mi tía Nina, mi abuela Beulah y mi abuelo Albert, quienes sufrieron esta trágica y cruel enfermedad. Cabalgo por mi mejor amiga, Leslie, que acaba de perder a su madre Marilyn por esta agonizante enfermedad. Monto a caballo para uno de mis compañeros de trabajo favoritos, Norm, que está en medio de esta pesadilla. Como facilitador de la Asociación de Alzheimer para un grupo de apoyo para cuidadores, viajo por todos los ÁNGELES INCREÍBLES que son o han sido cuidadores de sus seres queridos. He tenido el humilde honor de presenciar la gracia, el dolor, la ira, el resentimiento, la angustia, la culpa, la confusión, el agotamiento, el ingenio, el sacrificio, la brillantez, la resiliencia y siempre, siempre el amor que estos cuidadores experimentan en este viaje de ida con sus seres queridos. Finalmente, cabalgo por el futuro de mi hija Chelsea y su hermosa familia, con la esperanza de que Alzheimer's y todas las otras formas de demencia nunca los tocan. ¡Montemos!
¡Anímame!