
Me convertí en cuidadora a los diecisiete años. Nunca olvidaré a mi primer residente con Alzheimer. Ella era la dama más dulce y cariñosa que he conocido, pero no sabía quién era su hijo o hija cuando cruzaron la puerta. Ver al trabajo familiar luchar contra el dolor de perder a su madre, por primera vez, y saber que todavía tendrán que perderla nuevamente, me hizo querer luchar por una cura.
Cuando un ser querido tiene Alzheimer u otras demencias, sus familiares y amigos pierden el doble. Se afligen dos veces. Una vez que la persona que conoció y amó, ya no es esa persona. Luego otra vez cuando se pierde la batalla contra la enfermedad y pasan.
Ayúdame a luchar recaudando fondos y concienciando sobre el Alzheimer y otras demencias!!
Gracias !!