Big Momma, was diagnosed with what was then called "senile." Back then, we didn’t have the same language around dementia that we do now. There were moments when she didn’t recognize me—her own granddaughter—and instead thought I was someone else entirely. She would tell me stories, sometimes about the people she had cared for over the years, and I could feel the weight of how dementia affected her, and in turn, us her family. Avanzamos rápidamente hasta la llegada de la COVID y me encontré de nuevo en el papel de cuidadora, esta vez de mis suegros. Mi suegro tenía demencia vascular, mientras que mi suegra estaba en las etapas intermedias de su propia travesía por la demencia. Intentar apoyarlos a ambos, sabiendo que sus mundos cognitivos eran tan diferentes, fue desgarrador. Hubo días en los que mi familia y yo tuvimos que hacer malabarismos con sus necesidades muy diferentes, y verlos perder partes de sí mismos fue un desafío profundo para el que no estaba segura de que estuviéramos preparados. Mi suegro falleció hace dos años y medio, pero sigo cuidando de mi suegra con la ayuda de la familia y el apoyo externo. Pero a través de todo esto, he aprendido lo vital que es tratarlos con dignidad, amor y paciencia. No importa cuánto cambien, aún necesitan sentir que son importantes, que son amados y que sigan siendo parte de la familia y sí, puede ser frustrante.