Camino en honor a mi madre, Edna. Era una mujer tan hermosa, siempre tan dispuesta a ayudar a cualquiera que lo necesitara. Recuerdo que los fines de semana ella estaba muy feliz escuchando sus álbumes. Ella y mi padrastro, Harold, bailaban durante horas. Los últimos años de su vida la pasaron en una residencia sufriendo Alzheimer's. Ya no bailaba, pero siempre cantaba con nosotros "You are My Sunshine". Era muy triste ver a alguien tan feliz incapaz de recordar ni siquiera las cosas más simples. Mamá, gracias por ser una mujer tan increíble. Te amo y haré todo lo que pueda para ayudar a encontrar una cura para que otros no sufran como tú.