Como trabajadora social geriátrica dedicada a apoyar a los pacientes y sus cuidadores, veo de primera mano el impacto devastador que la demencia tiene en las personas y las familias todos los días. Esta causa es profundamente personal para mí, ya que he perdido a queridos familiares a causa de la demencia y he sido testigo de los profundos desafíos que conlleva para quienes quedan atrás.
Mi viaje con la demencia no es sólo profesional: es profundamente personal. Mi abuelo adoptivo, Ted, era un hombre que era la personificación del trabajo duro y la bondad. Esta implacable enfermedad nos lo arrebató. Era el tipo de hombre que podía hacer cualquier cosa, ya fuera arreglar una cerca rota, ayudar a un vecino o hacernos reír a todos con sus maravillosas historias. Su generosidad no tenía límites y era un espíritu brillante.
Ver cómo la demencia le quitaba lentamente sus habilidades y recuerdos fue una de las experiencias más difíciles de mi vida. Esta experiencia personal y otras alimentan mi pasión por mi trabajo y mi impulso para marcar la diferencia. Todos los días trabajo con pacientes que me recuerdan a mi abuelo Ted y con cuidadores que atraviesan el difícil camino de ver envejecer a sus seres queridos. Los cuidadores son a menudo héroes anónimos que brindan un apoyo inquebrantable mientras enfrentan tensiones físicas, emocionales y financieras. Mejorar los recursos de los cuidadores es esencial para garantizar que tengan las herramientas, los conocimientos y el respiro que necesitan para cuidar de sus seres queridos y de ellos mismos.
Mi función implica brindar apoyo emocional, coordinar la atención y conectar a las familias con recursos vitales. Abogo por mejores prácticas de atención y me esfuerzo por hacer que el sistema de atención médica sea más compasivo y eficaz para quienes luchan contra la demencia y otras enfermedades relacionadas con la edad. Veo sus luchas, sus momentos de desesperación y sus pequeñas victorias. Veo la necesidad de más recursos, más apoyo y, lo más importante, una cura. Recientemente, a mi tío también le diagnosticaron demencia, lo que hace que esta enfermedad esté aún más cerca de casa. Su diagnóstico es un claro recordatorio de que Alzheimer's y las demencias relacionadas continúan afectando a nuestros seres queridos, independientemente de su edad o procedencia.
Por eso estoy recaudando fondos para el Alzheimer's Association, una organización a la vanguardia de la investigación, la promoción y el apoyo a los afectados por esta implacable enfermedad. El Alzheimer's Association no es sólo una organización benéfica; es un salvavidas para innumerables familias. Financian investigaciones críticas, brindan servicios de apoyo vitales y abogan por mejores políticas y atención.
Pero no pueden hacerlo solos. Necesitan nuestra ayuda. Cada dólar donado nos acerca a avances en el tratamiento, al apoyo a las familias y, en última instancia, a una cura. Tu contribución, sin importar el tamaño, marcará una diferencia significativa. Financiará investigaciones que algún día podrían detener la demencia. Proporcionará atención y apoyo a las familias que se enfrentan a la realidad diaria de la enfermedad. Dará esperanza a millones de personas en todo el mundo.
Por favor únase a mí en esta lucha. Juntos, podemos llevar esperanza a millones de familias y acercarnos un paso más a un mundo sin demencia. Honremos los recuerdos de aquellos que hemos perdido y luchemos por un futuro en el que nadie tenga que experimentar la angustia de la demencia.
Como dice en Isaías 41:10: "Así que no temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy su Dios. Yo te fortaleceré y te ayudaré; te sostendré con mi diestra de justicia. " Tomemos fuerza de estas palabras y unámonos para luchar contra esta enfermedad.
Gracias y Dios te bendiga.
Mi progreso
Gracias por ayudar a avanzar el apoyo, la atención y la investigación del Alzheimer.
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