Déjenme contarles un poco sobre Christine Raymond, mi abuela. Podría escribir un libro entero sobre mi abuela. Ella es amor, es seguridad, es todo lo bueno de este mundo, es mi hogar.
Mi abuela siempre decía que su vida comenzó pobre, pero que sus padres la llenaban de amor. Se notaba en todo lo que era. Sin embargo, haber tenido esos comienzos siempre la hizo incapaz de aceptar regalos o querer o pedir nada. Fuerte, decidida, increíblemente inteligente, ingeniosa y humilde sin ningún defecto. Para mí, esta mujer se merece el mundo y todo más.
Mi abuela conoció al amor de su vida, Dale (mi abuelo), en la escuela y fueron novios en la secundaria. Lo acompañó durante toda su vida en la Infantería de Marina y crió a cinco hijos maravillosos. Con el tiempo, ayudaría a criar a sus once nietos.
Como segunda nieta mayor y primogénita, tuve la suerte de vivir en casa de mis abuelos cuando era bebé y, cuando pasaron los años y nos mudamos, estuve con ellos después de la escuela, los fines de semana y durante la mayor parte de las vacaciones de verano. No recuerdo ningún momento importante de mi infancia sin mi abuela. Citas para tomar café en su porche delantero o trasero, bailes en la cocina preparando chupitos, galletas o algo tan simple como un sándwich con su aderezo especial, paseos en carrito de golf, tareas que convertía en juegos, acurrucarse en el sofá con bocadillos y programas de crímenes, fiestas de cumpleaños, primeras comuniones, funciones escolares, graduaciones, simplemente la necesitaban, ella estaba allí y siempre con tanto amor.
Incluso ahora, mientras ella se olvida de mí y de nosotros, mientras me siento aquí y me pregunto cómo pudo el ser humano más hermoso del mundo contraer esta enfermedad, la mujer más humilde, generosa, considerada, luminosa y fuerte, ¿cómo puede ser justo y cómo puede serlo? Sigo viendo y sintiendo todo su amor y su fuerza. Solicito todo el apoyo posible para que las futuras familias puedan salvar a sus seres queridos.
El Alzheimer no se detiene y nosotros tampoco. Al participar en la Caminata para acabar con el Alzheimer de la Asociación de Alzheimer, estoy generando conciencia y recaudando fondos para avanzar en la lucha contra esta enfermedad, fondos que permiten a la Asociación de Alzheimer brindar atención y apoyo las 24 horas del día, los 7 días de la semana, mientras acelera la investigación crítica.
Las familias que enfrentan la enfermedad de Alzheimer y otras demencias nos necesitan y, con su ayuda, podemos estar ahí para ayudarlas. Haga una donación o regístrese como participante y comience sus propios esfuerzos de recaudación de fondos. Juntos podemos acabar con la enfermedad de Alzheimer.
¡Gracias por su apoyo!
Bryana Raymond
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