Cuando comencé mi viaje hacia lo que nunca hubiera pensado que sería mi carrera a largo plazo, conocí a alguien que cambió mi vida en más formas de las que podría imaginar. Gen Meyer. Gene estaba luchando contra una enfermedad que pensé que entendía, pero rápidamente me mostró que realmente no sabía nada en absoluto. Gene me enseñó a tener paciencia, me enseñó cómo ponerme en el mundo de otras personas y realmente reducir la velocidad, me enseñó formas de ayudar a redirigir la ira que a menudo se experimenta con esta fea enfermedad. Sobre todo, Gene y su ángel de esposa, Teresa, me enseñaron cómo es realmente el amor verdadero. Este año y todos los años, camino en honor del único, Gene Meyer.